Por redacción de Sin Comillas
Las tendencias poblacionales en Puerto Rico que se reflejan en el último informe del Censo 2020 requerirán que el gobierno adopte estrategias y políticas para atender una situación poblacional muy distinta a la que nos ha caracterizado. Somos menos y en esa población reducida los cohortes de mayor edad han asumido una mayor importancia. Esta situación se refleja en la fuerza laboral, cuya estructura está cambiando, no solo por el lado de la demanda, sino también por el cambio demográfico.
Esta son algunas de las conclusiones en el reciente informe económico “ETI Trends”, de Estudios Técnicos, Inc. El mismo destaca como el Censo informó de una notable pérdida de población en Puerto Rico entre el 2010 y el 2020, así como el envejecimiento de la población.
“En general, estas tendencias requerirán que el gobierno local adopte estrategias y políticas orientadas a la creación de empleos en un mercado laboral cambiante, ya que una fuerza laboral en disminución requerirá reformas del mercado laboral para garantizar que más trabajadores permanezcan y entren en la fuerza laboral. Dado que las mujeres en general tienden a participar menos en los mercados laborales (en Puerto Rico la tasa de participación de los hombres en la fuerza laboral es del 49.5%, la de las mujeres del 36%), se debe fomentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral. De permanecer por más tiempo en la fuerza laboral los adultos mayores, será necesaria una constante actualización de habilidades en el contexto de cambios acelerados en la tecnología y los procesos de producción”, comenta la publicación ETI Trends.
De acuerdo a los datos revelados en agosto, en Puerto Rico hubo entre 2010 y 2020 una disminución en la población residente total de 439,915. Esto se añade a la pérdida previa de población de 85,211 personas que se había registrado en Puerto Rico en el Censo del 2010.
A la composición por edad de esa disminución de la población se le ha dado menos importancia que a la pérdida total. El 22.2% de la disminución provino de los mayores de 18 años, y el 78% de los menores. Por lo tanto, ahora tenemos una población con una mediana de edad mucho más alta que en el 2010. En ese año, los grupos de edad de menos de 18 años representaban el 24% de la población, en el Censo del 2020, esa proporción bajó a 17%.
ETI Trends plantea que este desarrollo tiene serias implicaciones para la economía y la sociedad, en el empleo, el ahorro, el consumo, el crecimiento económico, el valor de los activos y la necesidad y el tipo de servicios sociales. Por esa razón, la transición demográfica hacia una población más pequeña y con una composición de la población en que una mayor proporción de personas es de mayor edad, requiere ser tratada urgentemente.
Un ejemplo de cómo la transición demográfica descrita impacta la economía es el hecho de que la tasa de formación de hogares ha disminuido de unos 21,000 anuales hace 20 años a poco más de 2,000 en el 2019. Eso significa una menor necesidad de nuevas viviendas y los gastos que estas generan y menos gastos en bienes duraderos como autos, enseres y otros. La otra implicación importante es que cada persona empleada tendrá una carga mayor en mantener a adultos mayores fuera de la fuerza trabajadora (el 72% de los empleados están entre las edades de 25 y 54 años). No es irreal pensar que en pocos años uno de cada tres puertorriqueños tendrá más de 65 años de edad.